Los universos cinematográficos más conocidos actualmente, o al menos los que han provocado que vuelva a usarse dicho término, son los correspondientes a Marvel y DC. Ambas compañías de cómics durante el pasado siglo lanzaron varias películas en la gran pantalla sin embargo apenas tenían relación entre sí. Pero hasta comienzo de los 2000 las películas de superhéroes no darían el gran salto y se lo deben en gran medida al CGI (Computer Generated Imagery).

La revolución del 2000

Y los primeros en aparecer rompiendo los esquemas del cine de superhéroes fueron los X-Men (2000) de Bryan Singer y la productora 20th Century Fox. Este universo mutante no solamente abarcó las dos trilogías del extraordinario grupo de alumnos del Dr Xavier sino que se ha extendido hasta hoy con metrajes como Logan (2017), Deadpool (2016) o las próximas Dark Phoenix (2019) y New Mutants (2019). 

A los X-Men se le sumó la trilogía del Spiderman (2002) de Sam Raimi teniendo en su secuela la considerada mejor película del Hombre Araña hasta la fecha. De Spiderman hay películas para rato, ya que fue el personaje que explotó Marvel del mismo modo que DC hizo con Superman. Ambos personajes cuentan con más de 5 películas en su haber antes de dar a conocer las interpretaciones que actualmente se reflejan en la gran pantalla. 

Entre esas interpretaciones se encuentran el icónico Superman de Christopher Reeves o la adaptación fílmica de uno de los momentos más trágicos de los cómics de Spidey. Las historias presentadas en la década de los 2000 dieron un paso más gracias a la mejora del propio CGI. Entonces llegaría la compra de Marvel por Walt Disney Studios por 4.000 millones de dólares. Con Kevin Feige al frente estaban empezando a crear lo que en aquel momento parecía totalmente impensable: un universo cinematográfico de superhéroes.

El UCM. Una nueva forma de hacer cine

En 2008 y poco antes de la oficialización de la compra de Marvel por parte de Walt Disney Studios se estrenó un personaje poco conocido más allá de los cómics: Iron Man. Dirigida por Jon Favreau e interpretado por el enigmático – y por aquel entonces polémico – Robert Downey Jr. Fue la primera en proponer algo diferente cuando tras finalizar los créditos aparece en pantalla la primera denominada escena postcréditos. Una escena que ligaba directamente lo acontecido en el filme con una película que se estrenaría varios meses después: El Increíble Hulk (2008).

Y la fórmula se repitió en la película del gigante verde lo que ya fue confirmando las intenciones del productor de crear algo nuevo, más grande y con una complejidad hasta entonces nunca vista. El culmen de esta primera fase del Universo Cinematográfico de Marvel llegaría tras cinco películas con Los Vengadores (2012) por el director Joss Whedon. Sería la primera vez que un evento de tal magnitud llegaba a la gran pantalla. Tantos personajes con películas propias que derivaban en una conjunta. Y, cómo no, tras los créditos llegaría la ya esperada escena por saber qué sería lo próximo de Marvel. La sorpresa llega al ver al mismísimo Thanos, uno de los villanos más grandes de los cómics.

Desde entonces la Casa de las Ideas ha lanzado 19 películas entre las que se incluye Infinity War (2018). Un filme que ha sido el producto final tras 6 años desde la primera película de Los Vengadores. Batiendo todo tipo de récords se ha convertido en una película must-watch para todos los amantes del cine de acción y, obviamente, del género superheroico. Los hermanos Anthony y Joe Russo han conseguido por tercera película consecutiva (tras Capitán América: The Winter Soldier y Capitán América: Civil War) ganarse al público con un espectacular largometraje. 

Pero no acaba aquí. Marvel Studios y Walt Disney están preparando la compra de los derechos que, en su día se vieron forzados a vender a Sony y Fox. La posibilidad de contar con todo el universo mutante es algo que gana cada vez más fuerza. Aún así, y pese al final de Los Vengadores: Infinity War, el MCU está lejos de acabar ya que se encuentran en postproducción la siguiente película de Los Vengadores (2019), en producción Capitana Marvel (2019) interpretada por Brie Larsson y con el próximo estreno de Ant-Man y la Avispa este verano.

El UCDC. No hay comienzo fácil

DC aún está “comenzando” con su universo cinematográfico. Todo empieza tras el éxito de Warner Bros al llevar al cine la trilogía de El Caballero Oscuro (2005-2012) dirigida por Christopher Nolan. No sería hasta el estreno de El Hombre de Acero (2013) que se daría comienzo este universo cinematográfico. Zack Snyder, quien ya había llevado a la cúspide la icónica novela gráfica de Watchmen de Frank Miller en 2009. 

Al contrario que lo mostrado por Richard Donner en sus películas junto a Christopher Reeves y con un tono totalmente diferente al que estaba acostumbrado el público llegó la interpretación de Henry Cavill. Una gran interpretación que se solidificó con la deconstrucción del personaje conocido y la humanización del superhéroe que todos aman para realizar una serie de películas en las que mostrar el desarrollo del personaje. 

Esta versión del personaje no gustó mucho al principio siendo el objetivo de muchas y duras críticas tanto por el público como por la crítica profesional. Pero Snyder no cesó en su empeño y en 2016 lanzó la película que más controversia ha creado en la última década: Batman V Superman: Dawn of Justice. Con la aparición de otros héroes como Batman o Wonder Woman ya sufrió por críticas desde antes de su lanzamiento tras la confirmación de los actores y personajes que aparecerían.

Batman V Superman consiguió ganarse a todos aquellos que buscaban una profundidad en los personajes y un desarrollo más elaborado de la trama. Pero la competencia directa en el sector era Marvel Studios que había creado una fórmula más ligera y con un toque de comedia que agradaba a todos los públicos por igual. Sin embargo, el estilo más  profundo provocaron un cisma en el público, la industria del cine y la crítica. Y a pesar de ello, aún hoy, tras dos años sigue siendo objeto de debate, análisis y de comparación. 

Debido a las críticas sufridas se decidió realizar muchos cambios de última hora sobre la que sería su siguiente película: El Escuadrón Suicida (2016). Un tono más ligero, introducción de humor y una gran cantidad de escenas eliminadas en el producto final llevaron al propio director, David Ayer, a mostrar públicamente su malestar y quejarse del poco margen de actuación en su propia obra por parte de la productora. 

Situación similar a lo acontecido recientemente con la Liga de la Justicia, acreditada a Zack Snyder pero sin atisbo alguno de su punto de vista en los personajes que ya había trabajado durante dos filmes. Joss Whedon fue el encargado de llevar a cabo la regrabación total de la película ya que a la directiva de Warner Bros no le convencía que siguiera el tono de las anteriores películas. Todo ello concluyó en la versión mostrada en cines donde, pese a cumplir la función de entretener, ha provocado la desastrosa caída en picado de DC en el cine. 

Sin embargo, no todo es negativo ya que existe una película en la que se demuestra que dejar a sus directores trabajar en el apartado creativo es positivo. Wonder Woman (2017) dirigida por Patty Jenkins se convirtió en una nueva muestra de que una película dirigida por una mujer, con un cast principal plagado de mujeres y donde la protagonista es una mujer se podía convertir en un éxito a todos los niveles. Tras el fracaso absoluto de la Liga de la Justicia de Joss Whedon, se procedieron varios despidos y nuevas contrataciones desde las altas esferas de la productora. El propio Joss Whedon sería de los primeros en ser despedido y DC se ha labrado un futuro plagado de proyectos con mucho tirón que plantean un sinfín de películas. Proyectos como Wonder Woman 2 con Patty Jenkins, Nuevos Dioses con Ava DuVernay, Blackhawk con Steven Spielberg, Shazam! de David F Sandberg, Aquaman de James Wan o la Aves de Presa con Cathy Yan. Warner Bros y DC apuestan por directores de estilos muy variados para su futuro. Los inicios nunca fueron sencillos…

Los universos cinematográficos han existido desde hace muchos años y no tienen pinta de tener un fin próximo. En el caso de los superhéroes, se seguirán produciendo películas hasta que dejen de ser rentables o que el público se termine cansando como aludía recientemente James Cameron a “la fatiga Avengers”… pero eso no tiene pinta de suceder pronto.

 

Darío Ruiz