Bienvenidos a la época del año donde los días comienzan a estirarse, a hacerse más y más largos. La naturaleza empieza a despertar y el movimiento de la vida a bailar alrededor. Poco a poco las temperaturas irán subiendo. Nos despedimos de este duro invierno y le damos la bienvenida a la estación del AMOR… La posibilidad de hacer más planes y actividades al aire libre suele animarnos más que cualquier otra época del año. El sol es, en gran medida, responsable de los cambios hormonales, emocionales y de conducta, favoreciendo por ejemplo, la actividad sexual. Estamos acostumbrados a vivir en un clima cálido y es por esto que, cuando llega el buen tiempo, nos apetece compartir más momentos con la familia y amigos al aire libre. El cambio de estación influye de manera positiva en nuestra actitud.

Aunque pueda parecer paradójico la primavera no es buena para todos, hay cuerpos que necesitan un poco más de tiempo para adaptarse. La energía en primavera asciende de manera lenta pero constante y si seguimos alimentándonos de manera pesada y realizando formas de cocción propias del invierno, lo único que conseguiremos será evitar o retrasar esa subida de energía sintiéndonos lentos y cansados (astenia primaveral).

Para entendernos mejor, y como bien dice el refrán, “la primavera la sangre altera”, dejemos que la sangre se altere y que nuestro sistema inmune y nuestro cuerpo fluyan con esta estación. No es un buen momento para hacer dietas exclusivas ni milagrosas. Sentirse en armonía con las diferentes estaciones del año y sus características vitales es siempre el objetivo a alcanzar en lo que a una alimentación saludable se refiere.

Para adaptarnos a esta estación podemos intentar ir reduciendo poco a poco la sal, el tiempo de cocción de los alimentos y los horneados, pasar a la utilización de alimentos menos sofisticados y a formas de cocción más sencillas. ¡El cuerpo nos pide a gritos una desintoxicación en toda regla! Esta depuración resulta esencial para empezar a sentirnos ligeros y llenos de energía. Una depuración orgánica que incluye la desintoxicación psíquica y emocional.

Se trata de un buen momento para retomar la actividad física al aire libre, si es que la habíamos abandonado… Ejercitarnos al menos 30 minutos 3 veces a la semana es lo mínimo para no estar dentro del grupo clasificado como sedentario.

¿Quieres saber algunas pautas depurativas? Te sorprenderá ver lo sencillas que son…

Bebidas depurativas: desde marzo puedes comenzar a ingerir cada día una. Nuestro organismo está más calentito y podemos empezar a comer más crudos. Un buen zumo de manzana, pepino, apio, un puñado de hojas verdes y unas gotas de limón. O por ejemplo, un zumo de pera, remolacha, piña tropical y unas gotitas de jengibre.

Cena temprano y ligero. Esta pauta es clara y directa pero si tu tipo de vida o tus circunstancias laborales te han llevado a disfrutar más de una cena elaborada y por el contrario hacer almuerzos más ligeros o a destiempo, es importante que cenes al menos 3 horas antes de irte a dormir.

Aumenta la cantidad de vegetales, menos alimentos de procedencia animal y más del mundo vegetal. Es la época perfecta para cumplir las cantidades diarias recomendadas. Si vas a comer alguna proteína animal, acompáñala de una buena ensalada o menestra de verduras al dente.

No olvides las legumbres, que haya pasado el invierno no significa que las legumbres no se vuelvan a sacar de la despensa. Solo hay que cambiar la forma de cocinarlas. Recuerda que las legumbres mezcladas con un cereal integral conforman una proteína completa y así puedes sustituir 2-3 días en semana la proteína animal. Una buena ensalada de arroz integral con garbanzos… ¡Sienta genial!

No tienes porque pasar hambre, no es momento de olvidar o restringir comidas, eso nos lleva a la astenia primaveral. Puedes comer un tentempié a media mañana o media tarde, incluso, antes de dormir si has cenado a una hora adecuada. Siempre, preferentemente, a base de frutas y verduras frescas, frutos secos o fruta deshidratada como las pasas y los orejones.

Aumenta los alimentos depurativos, estos alimentos pueden ser rabanitos y nabos, champiñones y setas, verduras de hoja verde de colores intensos como berros, apio, brécol… crudos o cocinados de manera ligera. Utiliza también hierbas aromáticas frescas y especias, ayudan a eliminar el calor interior favoreciendo la sudoración.

 

Mastica con calma y saborea los alimentos, una buena masticación no solo favorece la digestión sino que nos hace ser más pacientes y conscientes, nos dota de un mayor equilibrio interno.

Organiza y planifica bien la semana. El clima de esta época nos hace disfrutar más de planes fuera de casa, así que es el momento para planificar bien QUÉ vamos a comer y CÓMO lo vamos a hacer a lo largo de la semana. Hacer una buena lista de la compra y lo que podamos tener lavado, cortado y cocinado disponible en la nevera nos llevará a cumplir los objetivos propuestos.

Comienza desde ya a proyectar cómo te quieres ver en verano, solo siguiendo estas pautas lograrás bajar hasta 2-4 kg en un mes. Cada mes que consigas tu objetivo haz una reflexión sobre el camino recorrido, sobre cómo te has sentido contigo mismo y con tu entorno y, por supuesto, date el premio que mereces, celébralo y disfrútalo. Solo hay alguien que podrá reconocer el esfuerzo que ha costado conseguir una dieta más equilibrada y saludable… TÚ MISMO.

 

Lucía Corominas (coach nutricional)