Para pasar del “esto es tan desértico que agobia” al “¡qué relax!” solo te harán falta dos horas, las que tardas en salir del aeropuerto, alquilarte un coche y llegar al snack bar del hotel donde vayas a hospedarte.

Porque en Fuerteventura sí hay playas, y muchas, no es de extrañar que la habitación de tu hotel o apartamento tenga vistas al mar o que la piscina y los restaurantes también las tengan.

Así que… dos horas, las que tardas en ponerte delante del mar y dejarte arrullar por ese arrorró del que Unamuno decía:

“¡la mar! esta mar maravillosa que ciñe a Fuerteventura y en cuyos brazos, mientras sonriendo nos canta el canto eterno de cuna”

 

RUMBO AL SUR (SOTAVENTO)

Perderte en Fuerteventura es, prácticamente, imposible. Una gran carretera atraviesa la isla, y diversas bifurcaciones te llevan a los más hermosos pueblos pesqueros. Tan solo tendrás que decidir entre norte o sur.

Rumbo a Morro Jable, pasando por Antigua y casi por cada uno de los pueblos (efecto Ikea), a la derecha tierra a la izquierda mar. Cada municipio te da la bienvenida a pie de carretera con una puerta blanca en piedra que te indica cuando has salido de uno y entrado en otro, mientras, alguna palmera perdida.

La Playa de la Barca parada obligatoria en nuestro camino, da igual la hora del día que sea, es de esas playas a las que no vas a tomar sol o darte un baño, una de esas playas, pocas, a las que llegas y, sin saber muy bien por qué, te pones a caminar. Te pones a pasear.

Arena blanca, aguas cristalinas bajo tus pies (esas aguas que desde la carretera veías azul turquesa por su poca profundidad) y marcas en la arena mojada que jugará con tu imaginación durante tu paseo. Formas elegidas al azar en parte por la marea, en parte por la brisa del mar.

Recuerda, sotavento, hablamos de brisa y no de viento…

Rumbo al sur, con destino Morro Jable y parada en Playa de La Barca será la caída de la tarde y el frío fruto de unos pies mojados y cansados de andar la rubia playa los que te adviertan que es hora de seguir el rumbo.

Recto, todo recto, acompañados por las cabras (siempre habrá una cabra mirándote en Fuerteventura). El faro de Morro Jable, fin de destino.

LA NOCHE

El Faro de Morro Jable, ese que a plena luz del día parecía esquelético y poco cuidado, de noche se pone las mejores galas para convertir otro de tus paseos en un cuento de hadas. Fuerteventura pone la magia, cada cual que invente su cuento. Allí “apartados de la civilización” eres libre de soñar.

¿Por la noche? Obligatorio dejar abiertas las puertas de la terraza pese al posible y probable ataque de los mosquitos. Quedarse dormido escuchando lo que el mar tiene que decirte es obligatorio.

RUMBO AL NORTE

De nuevo coche y carretera (shhhh, primer adelantamiento…). Esta vez, a la derecha el mar y a la izquierda las albinas montañas del Barranco de Pecenescal, montañas en forma de resumen de la isla, montañas de poco relieve, poca altura, montañas volcánicas bañadas de la arena blanca que transportó un día el viento.

Rumbo al norte más norte, dejando atrás Costa Calma, la Caleta de Fuste y Puerto del Rosario, dos destinos marcados en el GPS: Corralejo y El Cotillo.

Te darás cuenta de que no te has equivocado de carretera cuando de camino a tu primer destino te sorprendan las dunas, acumulación de capas suaves y uniformes de arena transportadas por el viento.

¿Sabías que…?

Cuando el viento tiene una dirección dominante, las dunas adquieren la forma de una C con la parte convexa en contra del viento dominante. Estas dunas generalmente avanzan, se mueven, empujadas por el viento. La velocidad de avance de las dunas es inversamente proporcional a su tamaño, así, las dunas más pequeñas alcanzan a las mayores, con las que se van fusionando y aumentando de tamaño.

El Cotillo

Se encuentra en la costa oeste, y es el pueblo situado más al norte en esta costa. Un pueblo importante, de carácter pesquero y turístico, rodeado de playas, algunas de las mejores de

Fuerteventura. Al norte Los Charcos, junto al Faro, y en lo alto del pueblo las playas urbanas de La Concha y Los Lagos. Al sur del pueblo Piedra Playa, de arena dorada, y más de 2 kilómetros de longitud. Inmensa, infinita, preciosa.

DEPORTES

Mar, playas, viento… el escenario adecuado para los deportes acuáticos con más reclamo en las islas de oriente. Son muchos los turistas que viajan a la isla de Fuerteventura a practicar sus deportes favoritos. Buceo y esnórquel, kayak y canoa, surf, windsurf o kitesurf…

BARLOVENTO (El Cofete)

Nuevo día en Fuerteventura, una neverita lista para soportar el calor de la isla en verano, un par de bocadillos, una Biodramina para quien maree en la carretera y muchas ganas, no puedes dejar de hacer una excursión a El Cofete.

Barlovento sur, en la península de Jandía, las montañas esconden el lado más bravo del Atlántico. A medio camino un mirador te dará un adelanto de lo que allí te encontrarás.

Dejando atrás los mares en calma adéntrate en una increíble playa de más de 12 kilómetros de longitud. Un lugar que impresiona tanto por sus dimensiones, como por la naturaleza salvaje que la rodea.

Norte, sur, este y oeste. Da igual donde te encuentres ¡desconecta! Atrévete a dejar el teléfono en “modo avión” y no lo uses más que para sacar las fotos que usarás para Instagram.

¡Vive Fuerteventura!

 

Texto: Paola Bonilla 
Fotografía: Francisco Fernández